31 de octubre de 2012

El mundo de Donald Evans


No es esta una oda a la filatelia sino una llamada de atención a unos pequeños objetos, obras de arte por derecho propio. Y es que cuando el imaginario sacude al talento éste se expresa espléndido y admirable.  

Un buen puñado de acuarelas, otro tanto de papel perforado y su inseparable pincel, un Grumbcher número 2, bastaron para que el artista norteamericano Donald Evans (1945-1977), creara una meticulosa colección de sellos, a la que dio nombre de Catálogo del mundo.

Sentía una gran fascinación por los mapas y las enciclopedias. Tal vez por ello, este autodidacta y precoz virtuoso, soñaba con su propia geografía del mundo, llena de países míticos. "Cada uno, a su manera, expresaba su añoranza 'romántica' por lo remoto y lo exótico [...]", comenta el escritor Bruce Chatwin en el tributo que le rinde en su obra ¿Qué hago yo aquí?

Una contribución a las artes de gran intensidad cualitativa que desde Kompaso hemos querido compartir. No pierdan detalle.

   
     Serie titulada Coups de Foudre. Fuente: Google.   
Serie titulada Trópides. Fuente: Google.
Serie referente a la anterior, Trópides. Fuente: Google.
Postal Trópides Islands. Fuente: Google.

29 de octubre de 2012

'¿Qué hago yo aquí?', de Bruce Chatwin


"Cuéntele historias al jovendijo doña Lucerina—. Quiere oír historias".

Con las pupilas dilatadas. Así termino la lectura de ¿Qué hago yo aquí?, obra póstuma que el viajero, escritor y novelista británico, Bruce Chatwin, nos dejó como una ventana abierta a su mundo. Un interesante e instructivo espectáculo narrativo en el que se percibe el sesgo irresistible, propio de quien demuestra una técnica impecable.

Déjenme aclarar que no es ésta una compilación de páginas ordinaria, sino una fértil llanura cuajada de un grupo heterogéneo de relatos, brillantemente coloreados en un mar de objetos de recuerdo, extractos de su paso por varias publicaciones. 

Confieso que produce una extraña y atractiva impresión comenzar a leer por donde a uno le plazca, pues el orden no afectará al resultado. No importa si decides embadurnarte de las crónicas que acompañan a sus textos referidos a los Viajes, a las Gentes y luego te dejas llevar por los Relatos del mundo del arte, los Extraños encuentros, para terminar sorbiendo cada palabra con China y el Escrito para familia y amigos. 

El autor, Bruce Chatwin, en una foto de archivo. Fuente: Google.

Todos, sin excepción, tienen la fragancia de una prosa lúcida, azotada por ráfagas de gran sensibilidad que denotan su poder de observación avezado, de aforística brillantez. En ellos Chatwin no aparta la vista, ni tampoco el resto de los sentidos; se sirve de éstos como una atalaya desde donde los exprime y apoya la voz.

La lectura, recuerden, se presenta episódica y fragmentada, pero sobre todo, y lo que resulta más interesante, es su arquitectura de corte anárquica, desprovista de molde fruto de un genuino cazador de historias.

26 de octubre de 2012

Flaherty y el documental etnográfico


Corría el año 1939 cuando el cineasta Robert Flaherty (1884-1951), considerado padre fundador del género documental, escribía estas palabras en un artículo titulado La función del documental.

Flaherty en su estudio y su mujer F. Hubbard. Fuente: Google.
"Nunca como hoy el mundo ha tenido una necesidad mayor de promover la mutua comprensión entre los pueblos. El camino más rápido, más seguro, para conseguir este fin es ofrecer al hombre en general, al llamado hombre de la calle, la posibilidad de enterarse de los problemas que agobian a sus semejantes. Una vez que nuestro hombre de la calle haya lanzado una mirada concreta a las condiciones de vida de sus hermanos de allende fronteras, a sus luchas cotidianas por la vida con los fracasos y las victorias que las acompañan, empezará a darse cuenta tanto de la unidad como de la variedad de la naturaleza humana y a comprender que el "extranjero", sea cual fuere su apariencia externa, no es tan sólo un ‘extranjero', sino un individuo  que alimenta sus mismas exigencias y sus mismos deseos, un individuo, en última instancia, digno de simpatía y de consideración. El cine resulta particularmente indicado para colaborar en esta gran obra vital".

El relato y la escena viva amanecían a comienzos del siglo pasado, en un horizonte proyectado en la exploración del mundo lejano. Una nueva expresión para contar historias surgía de la importancia del cine como medio de transmisión de culturas. 

Cartel del la película. Fuente: Google.
"La finalidad del documental, tal como yo la entiendo, es representar la vida bajo la forma en que se vive", prosigue Flaherty. Una definición que llevaría a cabo en 1922 con su primer documental de largometraje Nanook of the North, considerada la primera película en la historia del cine documental. El valor antropológico se exhibe en el relato visual y la mirada, fruto del trabajo y la reflexión del documentalista.


"No me propongo hacer películas sobre lo que el hombre blanco ha hecho de los pueblos primitivos. Lo que deseo mostrar es el antiguo carácter majestuoso de estas personas mientras ello sea posible, antes de que el hombre blanco destruya no sólo su carácter sino también el pueblo mismo. El vivo deseo que tenía de hacer Nanook se debía a mi estima por esa gente, a la admiración por ella; yo deseaba contarles a los demás algo sobre ese pueblo", matiza.

Captar el espíritu de la realidad observada se convirtió así en su leitmotiv, en una declarada voluntad por ampliar el conocimiento geográfico, antropológico y etnográfico, mediante un lenguaje audiovisual, dando lugar a un primer cine de viajes. Una impresión duradera, de gran interés por su autenticidad que animaría a otros a seguir su estela.

Enlaces a su obra:

24 de octubre de 2012

El misterio del Quipú


Si en la pasada entrada atendíamos al imaginario que comporta la cosmovisión del continente africano expresada en el animismo, nuestra siguiente parada, auspiciada por José-María Perceval, nos lleva hasta América.

Un territorio de monumentales dimensiones, en una extensión que supera los cuarenta millones de kilómetros cuadrados, el único continente que se extiende prácticamente desde el Polo Norte hasta el Polo Sur, atravesando el planeta.

En esta superficie mestiza, dominada por la etnia del conquistador nómada, nos encontramos con una tierra fértil para el desarrollo de numerosas y diversas civilizaciones y culturas. Nos detenemos, sin embargo, en la cultura mesoamericana y, concretamente, en la América precolombina de la mano de los Incas. Os preguntaréis ¿y por qué esta civilización y no otras como los Tiahuanaco, los Huari o los Nazca? Por la escritura secreta que aguarda el misterio del quipú.

Ejemplar recuperado y conservado. Fuente: Google Image Search.
El quipú ("nudo" en quechua) es un sistema mnemotécnico de trenzado mediante colores, hilos y nudos, hechos de lana y algodón. Algunos antropólogos, como el profesor Gary Urton, de la Universidad de Harvard, sostienen, tras más de cuatro décadas de estudio, que los fabricantes de quipú, los quipucamayos encargados de anudar, interpretar y transmitir, utilizaron esta suerte de sistema binario matemático como una herramienta de contabilidad, similar a los ábacos árabes o chinos. A esta suposición, hay quienes aseveran como Urton una funcionalidad adicional, la del relato.

En su obra Signs of the Inka Khipu, el antropólogo norteamericano señala que las combinaciones posibles arrojan más de mil quinientos caracteres anudados. Unos nudos que, si bien, representan palabras o incluso mitos. Un dato que, sin duda, refleja la gran capacidad memorística de quienes dominaban el arte del quipú.

Hoy en día apenas contamos con ejemplares, la mayoría relegados en vitrinas de museos esparcidos entre Perú, Chile, Estados Unidos y Alemania, principalmente. Su misterio, continúa, alimentando el interés de académicos y aficionados que se afanan por identificar un patrón que les permita descubrir esta, por ahora supuesta, lengua perdida de los incas.

Para saber más: 
 

22 de octubre de 2012

La literatura de viajes, un género diferenciado


Entre los insondables escenarios de la literatura hay quienes todavía consideran la literatura de viajes un subgénero de la narrativa. Un estatus de nivel inferior constreñido, a menudo, por los arquetipos tradicionales que rodean a la concepción clásica y rígida de los géneros literarios.

Una llamativa valoración que sorprende si tenemos en cuenta que basta con echar la vista atrás para encontrarnos con libros de viajes desde la Antigüedad grecolatina y su más célebre representante, el historiador y geógrafo griego Heródoto.

No obstante y a pesar de las oscilantes valoraciones que proporcionan todavía los anclajes del pasado, localizamos en ellos una pluralidad de informaciones. En este sentido, su lectura nos conduce a un nutrido y enriquecedor sendero, muchas veces fuente de conocimiento geográfico, antropológico, etnográfico, histórico, entre otras disciplinas. 

Por su forma, contenido, estilo e impronta en la historia de la literatura, son muchas las cuestiones que lo diferencian y le otorgan la merecida distinción de un género propio y maduro. Y es que, en el debate de los géneros donde estos aparecen, desaparecen y se transforman, son muchos los defensores que aparcan el complejo ámbito de lo subjetivo y subrayan las virtudes de un género con solera, casi tres mil años de historia le avalan.

Fuente: Google Image Search.
“Tratar de describir la génesis de la Literatura de Viajes, es tarea no fácil, ya que existen pocos estudios críticos al respecto. Hacer un análisis sistemático y riguroso de los aspectos formales, estructurales o temáticos de dicho género literario es, en todo momento, una tarea apasionante....Podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que el ser humano ha sentido la necesidad de viajar, e igualmente ha sentido la necesidad de dejar constancia de haber realizado el viaje. Cuando estas dos premisas se unen, aparece lo que denominamos Literatura de Viaje. A lo largo de la historia de la humanidad, en todas las épocas, en todos los países y en todas las culturas, se han escrito relatos de viajes. En unos casos eran reales, en otros ficticios, imaginativos o descriptivos, poéticos, fantásticos o novelados”, sostiene la sevillana Soledad Porras, profesora de filología italiana.

"Una cosa es el turismo y las guías de viajes y otra cosa es la literatura de viajes. Es un género con sus normas propias", afirma el viajero, escritor y periodista Javier Reverte.

Tal vez habrá quienes todavía les cueste desprenderse de anquilosadas clasificaciones que acontecieron en la Antigüedad clásica. Tiempo después y, sobre todo, de unos anaqueles repletos de referencias bibliográficas, nos han demostrado que la tradición deviene en un fenómeno elástico y, como tal, mutable a las circunstancias contemporáneas que lo acompañan.

En palabras de Manuel Lucena Giraldo y Miguel Ángel Puig-Samper, "la literatura de viajes, un nuevo género hecho de ropajes demasiado viejos".

19 de octubre de 2012

La salud del viajero


"La salud también viaja", este es el lema que encabeza la campaña del último boletín informativo que cada año edita el Ministerio de Sanidad. Una guía de contenido práctico e información útil, repleta de consejos y normas sanitarias para viajeros internacionales.

Y es que la renombrada globalización de rostro multifacético y conocido por todos, ha permitido que la salud viaje. Es por ello que debemos considerar su connotación epidemiológica sanitaria. Una consecuencia que tiene su cara más visible en las enfermedades importadas.

Conocer las medidas preventivas que el viajero debe adoptar y la situación sanitaria del país de destino y, por tanto, las medidas profilácticas más adecuadas para cada zona geográfica, reducirá los riesgos de la salud del viajero.

Fuente: Google Image Search.
Comprendida la teoría, en Kompaso nos hemos preguntado: ¿de qué va a depender la salud del viajero? Para responder a esta y otras preguntas, hemos asistido a una clase de Medicina de viaje impartida por la doctora Silvia Roure i Díez (de la Unidad de Salud Internacional Metropolitana Norte), quien durante unas horas se ha acercado hasta las aulas del Máster en Periodismo de Viajes. Junto a ella nos hemos aproximado a los aspectos generales que comporta la llamada 'medicina geográfica', además de tomar buena nota del asesoramiento que proporciona el Reglamento Sanitario Internacional.

La salud del viajero, reflexionábamos, dependerá de la interacción de varios factores, a resolver si es posible antes del viaje, con un margen de entre cuatro y seis semanas. Desde las condiciones higiénico-sanitarias del viaje, si éste se desarrolla en un entorno rural o urbano, la duración del viaje, el tipo de viaje (organizado, mochilero), hasta el estado de salud del propio viajero, así como las intervenciones que éste realice para prevenir: vacunas, profilaxis de la malaria y otras medidas. Acudir a uno de los muchos Centros de Vacunación Internacional nos facilitará el acceso a una información y atención integral personalizada al respecto.

No obstante, la prevención no atañe tan solo a un buen puñado de vacunas, sino que se extiende, también, durante el viaje. Los riesgos sanitarios de causa infecciosa despliegan sus tentáculos hasta la causa más frecuente de molestia y enfermedad en el viajero: los alimentos y las bebidas. Conviene por ello lavarse las manos con frecuencia; evitar el agua no embotellada; la carne, el pescado, la verdura o cualquier alimento crudo; la fruta pelada y expuesta; la leche y derivados sin hervir o pausterizar; los productos de pastelería y helados artesanales; y los cubitos de hielo en las bebidas.

Junto a estas recomendaciones, resulta aconsejable no andar descalzo y esquivar el contacto con animales domésticos y salvajes, transmisores de enfermedades letales como la rabia. El contagio, además, puede producirse por reservorio hídrico por lo que deviene imperativo no bañarse en aguas estancadas y, mucho menos, ingerir agua. 

El cénit de las advertencias lo alcanzamos con las enfermedades transmitidas por los insectos. En este sentido, advierte Silvia, los mosquitos son vectores de enfermedades como el paludismo o malaria, el dengue y la fiebre amarilla, entre otras. Nuestra mejor defensa la encontraremos en los métodos barrera como son los repelentes cada seis horas (que lleven el DEET con una concentración superior al 35%); la ropa de manga larga y colores claros; evitando colonias o productos perfumados; y utilizando mosquiteras para dormir impregnadas, a ser posible, con permetrina. 

Si, además llevamos en nuestro equipaje un buen botiquín del viajero compuesto de analgésicos y antitérmicos como el paracetamol, antihistamínicos para las picaduras, antidiarreicos, antibióticos de amplio espectro, y un material de curas (antisépticos tópicos, gasas, vendas, esparadrapo, termómetro, jeringa y aguja de un solo uso), lograremos ese cometido anhelado por cualquier viajero: proteger nuestra salud.

Para saber más:

17 de octubre de 2012

África a través del animismo y el arte sagrado


A menudo, nos encontramos ante el complejo ejercicio de síntesis, aquel que nos empuja, embudo abajo, hacia el extracto tantas veces concentrado. En esta reducción podríamos optar por una mera compilación de lo atendido, una síntesis de apuntes que condensaran la esencia narrada. Esta, sin embargo, no dejaría de ser una caricia, una abreviación en forma de compendio perfectamente sondable.

Motivados en transformar la curiosidad inicial que tantas clases suscitan en un conocimiento más acentuado, el reto en cada entrada, a medida que avanzamos en esta expedición de rostro académico, deviene más complejo. Y eso mismo nos ha sucedido ante una asignatura de altura y amplio alcance. Nos referimos a Geografías y culturas del mundo, impartida por el profesor y doctor en Ciencias Sociales, José-María Perceval, en órbita al Máster en Periodismo de Viajes. 

Nuestra primera parada, en este particular diálogo en la historia de las culturas, es un continente sacudido por la colonización: África. Hasta allí hemos viajado en una voluntad por estructurar el conocimiento cultural a través de las rutas de viaje iniciáticas. Para ello, nos hemos preguntado cómo imagina y articula su cosmovisión el continente africano. La respuesta la hemos hallado en el animismo y el arte sagrado. Situados en este punto, recordamos las palabras moduladas por nuestra expedicionaria Carmina Balaguer y su entrada Viatge de retorn

Ritual animista. Fuente: Google Image Search.
Con el objetivo de explorar el discurso antropológico moderno sobre el animismo y sus prácticas relacionadas (mitos, ritos, magia), trataremos de describir cómo se construye dicha noción y qué concepciones culturales están implicadas en ello. 

Y es que, probablemente, el animismo es la más vieja perspectiva espiritual del mundo. Más que una religión, se erige como un pensamiento donde las fronteras entre nuestro yo y el resto no están tan claras como suceden en las religiones monoteístas. Todos los seres y cosas, por tanto, tienen una esencia espiritual dinámica, un alma, un fluido universal. La cosmovisión animista contiene tanto el mundo observado, o físico, aquel que podemos ver, sentir y experimentar donde la tierra juega un papel destacado, como el no observado, o espiritual. 

Además, en el animismo hay numerosos tabúes, cuya función es la de preservar la armonía entre el mundo espiritual y el mundo físico. Por su parte, esta fuerza invisible que representa el fluido universal, se expresa a través de los tótems, pues concentran la fuerza o entidad natural y se le atribuyen determinadas características mágicas. Completa la tríada de componentes la figura del chamán o chamana, quien concentra la capacidad de captar dicha fuerza, interpretarla y comunicarla a su comunidad. 

Los más escépticos, incapaces de soportar los argumentos que acompañan a tal idea, cubrirán lo explicado con el manto de la superstición. Otros, empero, se mostrarán abiertos a esta tradición mágica. Entendiendo por magia como un vector para descubrir la fuente de creencias y rituales que acompañan al hombre. Un ritual que, en base a los descubrimientos arqueológicos, se remonta al hombre paleolítico.

Para saber más:

-JOHN ILIFFE: África, historia de un continente, Akal.
-Un hombre llamado caballo, de Richard Harris.

15 de octubre de 2012

'El libro de las maravillas', de Fernando Clemot


Un ovillo de recuerdos, refugio de tinieblas, de sombras que caminan al lado aferradas a un pretérito sacudido por ese azar que malogra mañanas. Entre las entrañas de la memoria, del reclamo del olvido, en el papel de Rustichello o de Marco Polo, camina la obra del escritor y editor Fernando Clemot.

'El libro de las maravillas' se muestra al lector como una propuesta literaria untuosa, adherida y potente. Podría ser este un singular libro de viajes sin pretenderlo, pues aquí el viaje aparece reposado y enmarañado en los compases asincopados de una melodía, a veces quejumbrosa, que entona la memoria de varias voces, de vidas paralelas trazadas; consuelo estéril de un final, a pesar de todo, inalterable.

Portada del libro. Fuente: Google Image Search.
Un guión, un personaje que trata de desdibujar lo trazado para acariciar otros caminos no realizados, ahora soñados que descansan en las vivencias y los viajes de otros. Un pretérito que trata de recuperar en la trama y urdimbre de los vocablos. Retazos de varias voces ahora remendadas e hilvanadas magistralmente en torno al metarrelato. Así se sostiene esta novela de carácter arriesgado y resultado conquistado.  

Y es que "la memoria de nuestro pasado está parcheada muchas veces con retales de vidas ajenas, con historias que nos contaron o nos figuramos haber vivido", sostiene el autor en una ineludible reflexión que acude al lector, ahora rodeado por una multiplicidad de significados, sacudidos por un refuljo ácido. Resulta entonces inevitable adoptar el papel de Rustichello, y esperar a las historias que acuden a las orillas de otros personajes, de Bessa, Bridoso y Clara, mecidas por una memoria aquejada por el fantasma de las ocasiones perdidas. 

"Invocar los recuerdos para alimentarse de ellos [...]", nos recuerda. Vía libre.


12 de octubre de 2012

Los contornos del periodismo de viajes


En el arte de ir, ver y contar observamos, con esmero, la silueta de los relatos de viajes poderosos, aquellos que contemplan la formidable virtud de acelerar, en palabras del gran Reverte, "los latidos del corazón y renovar los fluidos del espíritu".

Al respecto, el periodista Eduardo Rivas presenta una interesante reflexión en su libro Historia y Naturaleza del periodismo de viajes: Desde el Antiguo Egipto hasta la Actualidad al afirmar que “todo viaje implica un deseo de aventura entendida como la entrada de lo desconocido en lo conocido. Sin embargo, es complicado delimitar los contornos de los relatos de viajes y, más difícil, hacerlo con los del periodismo de viajes. Un texto de viajes surge de la necesidad de narrar las experiencias vividas; nace del deseo de contar a los demás lo que al viajero le ha sorprendido porque el viajero –el verdadero viajero- tiene algo de narrador, de informador. Por eso relatar un viaje es algo connatural al propio viaje”.

Solidificar el recuerdo de lo vivido, pues, subyace en la doble intencionalidad que acompaña al narrador de viajes. Un propósito que, parece ser, se ha mantenido en la elástica metamorfosis que ha experimentado el relato de viajes.

Otros, como Mario Benedetti, apuntan reflexiones en forma de poema, contrarias a su (supuesta) naturaleza: "No vayas a creer lo que te cuentan del mundo (ni siquiera esto que te estoy contando) ya te dije que el mundo es incontable". Algunos, como Camilo José Cela consideran que "en los libros de viajes suele sobrar la pendantería".

Al margen de perspectivas individuales lo cierto es que conservamos un rico patrimonio narrativo de viajes cuya forma ha variado, desde unos orígenes que subrayan la figura del viajero como cronista de viajes, hasta una actualidad marcada por una nueva dimensión que traslada el relato a un escenario inédito, la web 2.0. 

Cuaderno de viajes personalizado. Fuente: Álvaro Valiño.
Entre tanto, descubrimos un amplio espectro en la aproximación histórica al periodismo de viajes que el periodista Mariano Belenguer, detalla en su obra Periodismo de Viajes: Análisis de una especialización periodística. No obstante, matiza el autor, "estos textos son polimórficos y variados en sus contenidos, lo cual sitúa a sus autores en campos multidisciplinares y distintos". Sin embargo, prosigue, "se pueden establecer cinco grandes grupos de textos de viajes cuyos perfiles pueden ayudar a contextualizar el periodismo de viajes". A saber:

- Comenzamos por aquellos marcados por la calidad estética del estilo en una plena vocación literaria, representados por personajes como Jules Verne o Jack London.

- Le siguen los textos legado de exploradores, descubridores y aventureros. El relato deviene aquí puro testimonio, notas de campo que recogen el registro de las vicisitudes vividas.

- En el ecuador nos topamos con un 'periodismo' de viajes personificado en aquellos etnógrafos, antropólogos y naturalistas como Claude Lévi-Strauss, que protagonizaron las expediciones científicas.

- Avanzamos hasta una narración de consulta, guía y documentación útil para beneficio del viajero.

- Finalizamos con un grupo de textos periodísticos, orientados hacia un periodismo especializado.

10 de octubre de 2012

Fundamentos del diseño gráfico


Como periodistas y profesionales de la comunicación, a menudo tendemos a centrarnos en el contenido, en el mensaje, pero ¿qué hay de la forma? Sin ella, ciertamente, nuestro mensaje no recibiría el mismo impacto.

"Es esta relación entre forma y función la que otorga verdadera importancia al diseño y a los aspectos formales de un medio de comunicación [...] Sobre todo si pensamos que lo importante es el contenido, el mensaje, es decir, lo que conecta con el público, la interrelación entre forma y función haciendo del diseño una parte incluso del mensaje, un aspecto que apoya el contenido", asegura Juan Antonio García, catedrático de periodismo de la Universidad de Málaga.

Situados en esta dialecta entre la forma y el contenido, rescatamos las palabras de Harold Evans al afirmar que "el diseño no es decoración ni distracción, sino parte de la tarea de la comunicación". Unas palabras que descubrimos en el marco conceptual que el profesor Juan Maldonado nos ha introducido en su sesión para el Máster en Periodismo de Viajes.

Portada del libro Diseño editorial. Periódicos y revistas.
Puestos a idear y proyectar mensajes visuales, una suerte de identidad periodística en la comunicación de los viajes, ¿qué fundamentos de diseño gráfico debemos tener en cuenta para el proyecto de una nueva publicación?  

1. El formato: las dimensiones de la publicación. Para elegirlo, la clave no es otra que la de considerar su manejabilidad.

2. El soporte: el tipo de papel es sus múltiples gramajes y modelos, pues determinarán un tipo de comunicación estética.

3. La estructura: de forma o retícula y la estructura de fondo o contenido.  Lo importante es que se ajusten a una lógica interna, con sentido común, que sea comprensible por un lector normal. 

4. La tipografía: eje fundamental del diseño gráfico. Es el elemento formal gráfico-técnico que acompaña durante toda la lectura de cualquier publicación. La tradición nos dice que lo apropiado consiste en no utilizar más de tres fuentes, con sus variantes o estilos. Las romanas, de paloseco y de fantasía. 

5. El color: no debe saturar la vista del lector, se aconseja no usar más de cuatro colores y tener en cuenta la temática y las intenciones comunicativas estéticas de la publicación, así como la psicología el color. En muchas redacciones se habla de dos colores, por contraste y por conexión. Se trata, sobre todo, de "no emborracharse", sostiene Maldonado, de no saturar a la vista y de transmitir algo. 

6. Las imágenes: el empleo de éstas y su ligazón con los textos. Se utilizan gráficos, ilustración y fotografía. Hay que tratarlas de manera respetuosa, no abusar de la manipulación. 

7. Los blancos: su presencia ayuda a leer pero también da pie a perderse.  Ofrece sensación de amplitud y de relajación en el lector. Son un factor estético. Su uso está en la economía.

8. La jerarquía: se dice que es la principal condición para que un texto tenga significado gráficamente y pueda reforzarse informativamente. Supone darle un sentido de compresión fácil a aquello que nos hemos encontrado, incluso, por azar. Es la regla interna, la vara gráfica-informativa de medir, la que nos impulsa a seguir una convención que hemos establecido nosotros mismos a la hora de reordenar los elementos elegidos o encontrados por casualidad. 

9. El logo: es el elemento unificador, el símbolo que identifica y siempre se mantiene en nuestra publicación.


8 de octubre de 2012

'Viajeras intrépidas y aventureras', de Cristina Morató


"No por azar aventura es del género femenino. Las correrías con riesgo han sido y son dominio de la mujer tanto como del hombre. Claro que cuando se trata de ilustrar el espíritu de aventura, la historia retiene primero a los nombres de Marco Polo, Colón, Magallanes, Elcano, Cook, Stanley, Amundsen, Lindberg. [...] Ya es hora de que salgan a la luz las peripecias de las mujeres viajeras". 

Así arranca, con determinación, desde el vestíbulo que el viajero, periodista y escritor Manu Lenguineche dedica a la autora catalana, Cristina Morató. Ha pasado algo más de una década desde que esta viajera, periodista, escritora y fotógrafa escribiera lo que pronto se convertiría en mi libro de cabecera

Gracias, en parte, a la vitalidad estética que irradia aquí el significado de las palabras escogidas. Y es que la lectura avanza ágil y ordenada, acomodada en la cortesía de la claridad de un libro vívido que exalta el doble sentido, literario y manual. Sin pretensiones, funcional y limpio. El alcance, no obstante, abandera la complejidad de quien recupera las historias que aguardan ser rescatadas de un recorrido sacudido en los grandes hitos por una testosterona desmedida.

"Las mujeres nos encontramos en serios aprietos. Si no decimos nada más de lo que se ha dicho ya, somos aburridas y no hemos observado nada. Si decimos cosas nuevas, se burlan de nosotras y nos acusan de románticas y fabulosas".
Lady Mary Montagu, Constantinopla, 1716. 

Lady Mary Montagu. Fuente: Google Image Search.
Rompiendo moldes, desabrochándose el conservador y tradicional corsé de la decimonónica sociedad victoriana, calzándose con las botas portadoras de las siete leguas. Así comienza el viaje de estas mujeres inquietas, inconformistas, cultas, valientes, amantes de los retos y, sobre todo, fuera de lo común. 

Hazañas anónimas, desafiantes, en ocasiones sin medios, con un exiguo equipaje. Proezas rodeadas por la modestia que contribuyeron al conocimiento geográfico de unos territorios por cartografiar, y participaron, a la sombra, en importantes acontecimientos históricos.

7 de octubre de 2012

Cómo proteger la seguridad del periodista


Diseña, planifica y aborda el proceso de investigación lejos de posibles intrusiones. En Kompaso hemos recogido las mejores condiciones de seguridad para el periodista y, sobre todo, para sus datos. No pierdas detalle.

5 de octubre de 2012

Protege tus datos


"En los últimos tres años, casi la mitad de los periodistas encarcelados a nivel mundial han sido blogueros u otro tipo de reporteros on-line. Sin embargo, los periodistas en muchos países alrededor del mundo todavía tienen que aprender los conceptos técnicos, y las técnicas para protegerse así mismos y a sus fuentes", afirma el canadiense Robert Guerra experto en ciberseguridad

Fuente: RJP, vía Flicker.
La seguridad absoluta, empero, es imposible, advierte Pepe Rodríguez ampliando su discurso que ya comentamos en el post Investigación y viajes. Ante un escenario con un alto precio por el que pagar, la prevención y la autoprotección devienen claves. Unas herramientas indiscutibles que, mediante un conjunto de medidas y estrategias, nos ayudarán a minimizar las potenciales (y reales) situaciones de riesgo. Y aún más importante, a reducir los daños o pérdidas posibles. Si bien, los riesgos deben medirse en función de la actividad desempeñada y de las circunstancias. En este sentido, "la autoprotección es una conducta dinámica", advierte Pepe. 

Partiendo de la base de que (casi) todo es interceptable, la seguridad abarca un amplio espectro. Desde la integidad psicofísica, la defensa jurídica, pasando por las comunicaciones analógicas y digitales, hasta el sistema informático, los soportes digitales y el depósito documental. 

Ante semejante vulnerabilidad, ¿qué programas nos permiten establecer comunicaciones seguras o incluso navegar por la red sin dejar registros que puedan perjudicar nuestro trabajo? A pesar de que nos enfrentamos a una sofisticación in crescendo contra los datos digitalizados de los periodistas, ¿cómo podemos mitigarlo? Permanece atento y no olvides papel y boli, te lo contamos en el siguiente post.

3 de octubre de 2012

¿Qué son las 'Smart Cities'?


En Kompaso nos hemos topado con estos "nuevos espacios de interacción ciudadana donde nuestra experiencia urbana se ve amplificada". Algo así como las ciudades del futuro, en las que "las tecnologías de la información se utilizan para conectar personas, servicios y 'cosas' que actualmente no se comunican. La ciudad como sistema inteligente", aseguran las voces acreditadas.

Así se presenta el concepto de Smart Cities o ciudades inteligentes. Un concepto que, con motivo del taller impartido por Mar Pérez y Patricia Santos en el marco del Máster en Periodismo de Viajes, hemos tenido la ocasión de conocer con algo más de detalle.

Fuente: Google Image Search.
Situados ante este nuevo escenario ciudadano, hemos descubierto los proyectos e iniciativas más punteras del turismo en las Smart Cities. Un mundo conectado al alcance del usuario que nos propone una ciudad relacional. No se trata, por tanto, de meros datos y tecnología, sino que apunta hacia la integración de ésta para lograr una ciudad más sostenible. Y es que cada vez son más las ciudades que se unen al movimiento de la Smart City. Ciudades como Barcelona, Estocolmo, Rio de Janeiro, Singapur o San Francisco, son tan sólo unos ejemplos donde podemos ya advertir hacia dónde nos dirigimos.

Llegados a este punto, ¿cómo podemos aprovecharnos de los servicios de las Smart Cities para ofrecer escenarios turísticos inteligentes? Por lo pronto, conviene considerar que la tecnología está condicionada por el tipo de escenario (interior o exterior) que elijamos. Además, debemos tener en cuenta ciertos factores de diseño para un turismo smart como son el espacio, la conectividad, la guía y la recogida de datos.

Así mismo, la creación de nuestra app debe estar orientada hacia un producto multi-canal, multi-objetivo (el usuario debe ser capaz de escoger su propio camino) y multi-contexto, en el sentido de permitir relacionar lo digital a lo físico.

Dejando de lado el tecno-fetichismo, hemos seleccionado la siguiente iniciativa donde queda reflejado el uso eficiente, conectado y ubicuo de las tecnologías al servicio del ciudadano, además del enfoque original concebido: The Wolrd Park Campaign.

1 de octubre de 2012

Fragmentos literarios


Las reseñas acostumbran al después, a las palabras que brotan en el poso de una lectura tamizada por la mirada del lector. Algo impaciente por sus dimensiones totémicas, he decidido no esperar más. Tampoco, interrumpirla. Ciertamente, compartila.

El autor, Mauricio Wiesenthal. Fuente: Google Image Search.
Estimulante podría definirla, una especie extraña. Una voz altisonante, también. Hasta donde he leído, las páginas de El esnobismo de las golondrinas, de Mauricio Wiesenthal, se suceden en una borrachera de ideas, en algo más que un libro de culto de viajes desprovisto de fronteras, en un soliloquio anárquico. El corte, sin duda, es clásico, de una personalísima idiosincrasia, fiel reflejo de su decimonónico autor. Ya lo aventura su particular título, de sutil melancolía.

Confieso una irrefrenable atracción hacia las obras de 'arcén', aquellas que se desvían del camino narrativo ya trillado y se proclaman, con la más firme de las intenciones, guías de un terreno indómito. Y hacia ese arrollador camino continúo no sin antes compartir, contigo, algunos de sus fragmentos. Antes, una advertencia del autor: «Éste es un libro parsimonioso, lento, oceánico, escrito como el vuelo de las golondrinas».
Portada del libro. Fuente: Google Image S.

«En El esnobismo de las golondrinas he querido convertir a los viajes en protagonistas, porque creo que algunos lugares tienen un alma y que todos los caminos, cuando se andan con libertad y valentía, son vías de iniciación».

«Andando por las orillas de los ríos aprendí que lo mejor es salir de viaje, asomarse con ilusión a la ruleta del mundo y sentirse —como el enamorado— con fuerzas para jugarlo todo a las cartas del deseo».

«Un buen viajero sabe que, cuando se pierde un tren en la vida, no hay más remedio que coger el siguiente sin mirar su destino...A fin de cuentas, lo que vale es viajar, elegir un paisaje, perseguir un sueño, cargar la propia maleta y renunciar al resto. No se pierden las cosas al ir».



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